Algunos analistas andan asustando con la venida de una nueva burbuja inmobiliaria. Quizá sólo sea que está empezando a calentarse el mercado de la vivienda, pero bien vale asegurarse y quitar del fuego antes de la ebullición.
Y es que, la salida de una fuerte crisis no puede compararse con la explosión incontrolada vivida en el pasado reciente.
Sí que es cierto que los datos corroboran que la larga caminata por el desierto parece finalizada pero de ahí a que el oasis sea permanente y desemboque en el mar, tampoco.
Recientemente un estudio inmobiliario del BBVA sitúa a Euskadi a la cabeza de la recuperación del ladrillo, al afirmar que ha recuperado ya el 80% del volumen que llego a representar en 2013. Y ello pese a presentar porcentajes de incremento que casi en ningún ámbito son las más espectaculares ni pronunciadas.
Parece, por tanto, una recuperación moderadamente consistente y sin locuras, salvo en el mercado de alquiler, cuya oferta sigue siendo peligrosamente escasa y cara.
El riesgo existe, por supuesto, pero sería tropezar dos veces en la misma piedra y de forma demasiado costosa social y económicamente hablando.
Las subidas de precios de la vivienda sí que parecen constantes pero aún es un 39% más barata que antes de la crisis. La concesión de hipotecas se anima, pero aún se está muy lejos de las cifras anteriores (108.000 en junio 2006 y 24.800 en el mismo mes de 2017). También las compraventas están en números positivos y ya casi llegan al medio millón en los últimos doce meses, pero no olvidemos que se llegaron a cifras por encima de las 900.000 en 2005.
En Euskadi, la previsión para el sector de la construcción en los próximos años son positivas, (ver informe del OVV: http://www.garraioak.ejgv.euskadi.eus/r41-ovad03/es/contenidos/informacion/ovv_adm_sintesis16/es_ovv_admi/index.shtml) con un aumento del dinamismo importante y mejora en las ventas.
El 2016 ha sido un buen ejercicio para la recuperación de la economía vasca. El PIB se ha incrementado en un 3,1%, y el empleo ha crecido en un 1,2%.
En el caso, del sector de la construcción, Euskadi ha recuperado aire y tras seis años de caídas, el 2016 ha supuesto un incremento del 1,6% (el triple que en 2015), generando a su vez un 1,1% más en el empleo del sector. Y el número de las licencias de obra aumenta en un 14,6%.
Sin embargo, la edificación no acaba de despegar en la CAE, y en 2016 se registra el mínimo histórico de producción de vivienda nueva desde el 2000.
Los precios de alquiler, tal y como ya adelantábamos en el artículo del Blog https://etxebizitza.blog.euskadi.eus/es/artikuluak/crowdfunding-y-la-burbuja-del-alquiler/ están repuntando fuertemente, llegando a índices de antes de la crisis.
Y la actividad hipotecaria vasca, si bien está de nuevo, en números crecientes (15.200 en 2016), aún muy alejados de los años previos a la crisis donde se firmaban 40.000 al año.
No olvidemos tampoco, que en 2016 muchos siguen notando el fuerte impacto de la crisis y que sigue afectando a muchos colectivos de población de Euskadi. Una de las dimensiones más dolorosas en forma de ejecuciones hipotecarias y lanzamientos judiciales.
Por tanto, y como siempre, las grandes disertaciones y lecciones sobre vivienda no son siempre y en todos los casos exportables ni infalibles. En cualquier caso, el riesgo de volver a cometer los mismos errores del pasado sigue estando en el subconsciente general.
Más información:
http://www.publico.es/economia/inmobiliario-temor-burbuja-frena-normalizacion-mercado-vivienda.html
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2017/08/01/midinero/1501601027_319597.html
https://elpais.com/economia/2017/03/24/actualidad/1490367506_170978.html