Tras el varapalo de la crisis inmobiliaria y la larga etapa de nula rentabilidad del dinero, los precios de la vivienda en España vuelven a ofrecer rentabilidades muy atractivas a los inversores.
Las rebajas en vivienda han venido acompañadas de una fuerte demanda de alquiler, producido sobre todo, por las malas condiciones laborales y la restricción al crédito a amplios colectivos sociales con necesidad de vivienda.
Los datos de las webs inmobiliarias (aunque son arte y parte), revelan que en los últimos cuatro años el encarecimiento sufrido en las viviendas para arrendamiento ha supuesto hasta un 48% en Barcelona y un 28% en Madrid.
El trasvase de la demanda de compra hacia alquiler y el aumento agregado de la demanda (tanto de usos residenciales como la explosión del alquiler turístico), han dado como resultado subidas de precio muy superiores al 10% anual en los barrios céntricos de las grandes ciudades, y subidas del precio medio a nivel estatal de más de un 7% en el último año.
La vivienda ha vuelto a recuperar asi su condición de activo de inversión (que ya tuvo en el boom inmobiliario anterior) superando, por el juego del mercado, su valor como bien de uso.
Hoy en día, inversores individuales e institucionales y plataformas internacionales están obteniendo rentabilidades incluso superiores al 10% en la compra para destino al alquiler, en muchas localizaciones urbanas, expulsando de dichos ámbitos a sus inquilinos anteriores que poco pueden hacer, en muchos casos, ante semejante escalada de precios y el corto plazo (3 años) de sus contratos sujetos a revisión.
Algunos analistas ya están calificando estos incrementos de las rentas como la nueva burbuja de alquiler, sector donde se están concentrando, ya de hecho y como corolario, la mayoría de los desahucios por impago.
¿Estamos ante un nuevo incendio inmobiliario?
Hay exégetas que defienden el valor regenerador del incendio (los defensores a ultranza del mercado), ya se apagará, si así tiene que ser, por causas naturales (en este caso cuando ya no se pueda pagar más precio por el alquiler y la falta de oxígeno apague las llamas).
Los hay con mayor interés medioambiental. Piensan que los incendios no son buenos por sí mismos, que hay un interés general que proteger y que en todo caso hay que luchar contra los pirómanos. Defienden asi que hay que corregir al mercado para evitar desastres y eso se hace con regulación e intervención pública.
El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, ha advertido recientemente que la escalada de precios en el alquiler de la vivienda puede tener un impacto muy negativo sobre el conjunto de la economía “O se hace política de vivienda en serio o va a haber un lío”.
También hay expertos que creen que todavía estamos lejos de una burbuja de alquiler, encontrándonos en una fase de recalentamiento. Asi lo afirma, por ejemplo, el catedrático García Montalvo, que apunta más a un recalentamiento en los precios, que no será fácil volver a enfriar.
En cualquier caso, y tal y como ha venido informando este blog, con los artículos de las nuevas proposiciones de ley de modificación de la LAU: https://etxebizitza.blog.euskadi.eus/es/area-economica/analizamos-la-proposicion-de-ley-sobre-arrendamientos-urbanos-del-psoe/, un amplio arco político del Parlamento ha cogido el testigo de no sufrir de nuevo un descalabro en la vivienda (ahora trasladada al alquiler), haciendo propuestas legales para contener precios y protegiendo a los inquilinos ampliando el plazo de los contratos de arrendamiento o restaurando garantías para evitar abusos.
En Euskadi pretendemos (o eso creemos, con sectores que niegan la mayor) hacer políticas serias en materia de vivienda.
El nuevo Plan Director de Vivienda 2018-2020 recién aprobado por el Gobierno Vasco: http://www.garraioak.ejgv.euskadi.eus/r41-ovad01/es/contenidos/informacion/ovv_pdv_2018_2020/es_def/index.shtml, pivota alrededor de la apuesta por el alquiler como uno de sus pilares principales:
Edificación de 6.350 nuevas viviendas de protección pública en los tres años de vigencia del Plan, el 46,5% en régimen de alquiler (2.950 viviendas), y el 53,5% en régimen de venta (3.400 viviendas). A este respecto, es preciso recordar que las viviendas promovidas en régimen de propiedad deberán autofinanciarse, es decir, no consumirán recursos públicos. Además, se plantea como objetivo la obtención de suelo residencial para la edificación de 2.000 nuevas viviendas de protección pública.
Con el fin de incrementar el parque de alquiler protegido de la CAPV, el Plan Director cifra en 7.200 el número de viviendas captadas a través de los programas de intermediación en el mercado de alquiler. En concreto, el Programa Bizigune deberá alcanzar la cifra de 6.400 viviendas en el horizonte del Plan y el Programa ASAP (previa reformulación del mismo) 800 viviendas.
Asimismo, el Plan tiene previsto poner en marcha el Programa GAZTELAGUN que busca facilitar el acceso al disfrute de una vivienda digna y adecuada en régimen de alquiler a las personas jóvenes vascas y se plantea como objetivo conceder ayudas directas a 4.500 personas jóvenes en su periodo de vigencia.
Por otro lado, hay que decir que en el horizonte del Plan se prevé que el parque de viviendas de protección pública en régimen de alquiler alcance las 22.000 unidades, lo que supondrá una tercera parte del parque total de viviendas protegidas.
Pero estas son políticas de gota malaya. Exigen continuidad y perseverancia para lograr impactos sociales y económicos que afecten al mercado moderándolo.
Y mientras tanto el fuego como amenaza sigue latente.
El marco de respuesta principal a corto plazo ante los riesgos de incendios atañe a competencias estatales y en concreto, aunque no únicamente, a la LAU y su modificación de 2013.
Es en el Congreso donde debe restablecerse el rumbo y hacer frente a una situación que ya presenta derivas preocupantes.
Hay propuestas encima de la mesa que deberían ser debatidas, hay urgencias sociales que exigen encontrar soluciones y, esto es lo malo, parece que el tiempo político actual no acompaña en absoluto para hacer política con mayúsculas, la que resuelve problemas y busca soluciones para las personas, en defensa del interés general.
No obstante, todavía es posible.
Más información
http://www.expansion.com/economia/2018/02/21/5a8c8c78e5fdea061c8b4688.html