Dentro de la oferta de política de vivienda consolidada y estable en el tiempo, Austria siempre ha estado en nuestro pensamiento. Viena en concreto.
El modelo austriaco es uno de los referentes más importantes que nos encontramos en vivienda pública. Más del 20% del parque de viviendas está configurado por viviendas sociales (en España es del 4%).
Podemos distinguir básicamente dos tipologías generalistas de políticas públicas de vivienda: una que actúa sobre la oferta, que invierte en la edificación de un parque de vivienda protegida consistente, y la otra, más cortoplacista (y mucho más arriesgada en épocas de crisis) que va a la demanda, con ayudas y prestaciones para paliar los pagos de la vivienda.
El caso austriaco ha pasado por encima de gobiernos, legislaturas y posiciones políticas, porque cultural y socialmente, está aceptado, y es clave para el mantenimiento de sus características esenciales.
Las asociaciones de vivienda de Austria tienen un papel fundamental y se rigen por una normativa también decisiva: la Ley de Vivienda de Beneficio Limitado, que tiene más de 100 años pero que sigue de actualidad.
Estas asociaciones que no pagan impuestos, dedican sus beneficios a la promoción de vivienda social y al mantenimiento de las existentes. Por ello, proporcionan las viviendas a precio asequible para casi el 25% de la población y siguen construyendo entre el 25 – 33% de todas las nuevas viviendas en Austria.
Durante la crisis, no ha disminuido su ritmo inversor (la Comisión Europea calcula en 57.000 millones de euros, la brecha existente desde la crisis hasta ahora, en cuanto a inversión en vivienda y las necesidades existentes en la UE). Como promedio anual invierten más de 2.700 millones de euros en promoción y 60 millones adicionales en rehabilitación (muchos de los pisos de vivienda social fueron construidos antes de la Segunda Guerra Mundial, por lo que se destina mucho dinero a reformarlos).
Un ritmo que ha posibilitado la edificación de 15.000 viviendas sociales al año, en un periodo nada beneficioso para ello. Y la rehabilitación del 80% del parque existente en su cartera.
La mayor empresa municipal de vivienda de Europa se encuentra en Viena (Wiener Wohnen) con más de 209.000 viviendas, es decir, un peso en el mercado del 25% y hasta un 30% en el de alquiler.
El 62% de la población vienesa vive de alquiler de renta social. Y es que hay una política dura y consistente de los poderes públicos, muy intervencionistas (el objetivo del ayuntamiento es controlar los precios de forma que ninguno de los residentes destine más de un 25% de sus ingresos al alquiler), para que los precios se mantengan (precio neto de 5,58 euros por metro cuadrado), se subvencionen los que están fuera del mercado social (casi 200.000 pisos cuentan con ayudas públicas y pertenecen a la federación de asociaciones de vivienda de renta limitada), y que las ventas de los pisos subsidiados reviertan la ganancia en lo público.
Entre los grandes logros de Viena se encuentra “mezclar grupos de distintas etnias, edades e ingresos, proteger el espacio abierto o construir nuevas líneas de tren a las zonas por urbanizar antes de que se construyan los barrios”, anticipándose al problema de transporte o potencial ‘guetización’, tal y como dice el escritor Joe Copeland
Un paraíso en política de vivienda pública, y política social, en el que, llevan muchos años (desde 1920) remando juntos, sin fisuras y teniendo en el horizonte un objetivo a largo plazo. Un compromiso de país y de ciudad con el que la mayoría se siente identificado.
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