2015 ha sido el primer año en una década donde la riqueza del mundo sufría un descenso del 3% y el número de ultra ricos bajaba (aquellos cuyo patrimonio sin contar residencia habitual supera los 30 millones de $), básicamente por la depreciación de sus activos.
Por ello, las grandes fortunas (y luego veremos que las no tan grandes) se están refugiando de nuevo, en el sector inmobiliario, donde la volatilidad de las bolsas mundiales y de los bonos que ofrecen rentabilidades históricamente bajas, les están dando la razón. Y es que, la deuda pública está ofreciendo apenas un 1,7% de interés anual y los depósitos no pasan del 0,5%.
Madrid y Barcelona son las dos grandes urbes preferidas para invertir. Además, se estima que en la capital residen un total de 467 ultra ricos, un 14% menos que un año antes y en la ciudad Condal 227, nada menos que un 48% menos que en la pasada edición.
La vivienda vuelve a ser un valor seguro para los inversores. Y además vuelve a serlo también para los brokers “de andar por casa”, no capacitados para el juego de la Bolsa pero sí para destinar sus ahorros a la vivienda.
El Banco de España cifra en un 9,1% el rendimiento bruto medio de los pisos (en muchas zonas rebasa ya los 10%). Esta cifra cuenta no sólo lo que obtendría cada año el inversor al poner el piso en alquiler, sino además lo que podría ganar por venderlo. Sin embargo no descuenta los gastos y no se basa en casos reales (vivienda promedio).
Otros estudios cifran esa rentabilidad media en un 6,4% y la neta en un 5,2% (tres veces más que la deuda pública).
Euskadi, en este sentido, no ofrece la rentabilidad bruta más alta, sólo un 5,7% frente a otras Comunidades como Madrid 7,92% o Extremadura con un 7,11% donde sus porcentajes sobrepasan ampliamente la media.
También obtiene cifras positivas el rendimiento bruto anual del arrendamiento que se sitúa en el 9,1%. Lo que hace prever que un porcentaje importante de vivienda vacía pueda salir al mercado libre de alquiler (un 18% en Andalucía o un 17% en Valencia). Sin embargo, la otra cara menos amable, y que ya empezamos a identificar como la de un viejo conocido, es que, los precios de los alquileres puedan sufrir subidas en el corto plazo.
En 2015 se produce el primer gran cambio de los últimos años: todas las comunidades, a excepción de Euskadi, incrementan el precio de la vivienda en alquiler a nivel anual. Los incrementos van del 10,7% de Cataluña al 0,3% de Castilla-La Mancha.
En la ciudad de Barcelona se ha incrementado el precio de los pisos de alquiler en un 6,6% en el último año y se superan los 727€ de media mensual.
Por tanto, las grandes fortunas como los pequeños inversores siguen fijándose en la vivienda como un valor seguro de inversión, que ya nos ha enseñado que no lo es tanto y qué consecuencias puede conllevar si se repiten los mismos pasos.
Más información:
http://cincodias.com/cincodias/2016/03/01/economia/1456852572_969002.html
http://www.expansion.com/economia/2016/02/18/56c63485268e3e3f2c8b4592.html