Según los datos de 1 de enero de 2016, el INE informa, por quinto año consecutivo, de la pérdida de población extranjera en el cómputo global. Casi 100.000 foráneos han abandonado España, dejando su cifra en 4,6 millones de personas de nacionalidad extranjera, de os 46,52 millones de personas nacionales y extranjeras censadas.
Durante el año 2015 la población en su conjunto ha disminuido en todas las comunidades autónomas, excepto en la Comunidad de Madrid (27.082 personas más), Cataluña (8.148 más) e Illes Balears (2.274 más). No por casualidad son las comunidades económicamente más dinámicas.
En Euskadi la población ha descendido en 164 personas.
La proporción de personas extranjeras sobre el total de la población inscrita en España se sitúa en el 9,9% a 1 de Enero de 2016.
En el año 2015 el número de extranjeros disminuye en todas las comunidades autónomas, excepto Euskadi (1.209 personas más) y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
La proporción de personas extranjeras sobre el total de la población inscrita en Euskadi, se sitúa en el 6,3% a 1 de Enero de 2016, 3,3 puntos porcentuales por debajo de la media estatal y muy alejada de las comunidades autónomas con mayor peso de la población extranjera (el mayor porcentaje se registra en Illes Balears con el 17% de población extranjera, pero Catalunya, por ejemplo tiene un porcentaje del 13,6%).
En el caso concreto de Euskadi, las personas extranjeras son 139.025, ubicadas en Bizkaia (66.033), Gipuzkoa (47.530), y Álava (25.462). Por nacionalidades, destacan, los marroquíes con casi veinte mil personas, seguidos de los rumanos con más de diecisiete mil quinientas, y ya a gran distancia, portugueses con algo más de seis mil trescientos o nicaragüenses con cinco mil ochocientos compatriotas. No obstante, hay 119 nacionalidades representadas y la 120 son los apátridas.
Parece que la crisis con su derivada principal de falta de empleo, se encuentra en el fondo de este éxodo de personas extranjeras, y es que en febrero la tasa de paro era de un 20,4% frente a un 8,9 % de media de la UE, o un 4,3% de Alemania, y un paro juvenil disparado al 46,5%, en datos a nivel del Estado.
La misma crisis que ha fomentado la salida de ciudadanos extranjeros, también ha hecho que la población autóctona se haya visto en la tesitura de hacerlo. Así, desde 2008 a junio de 2015, algo más de cuatro mil trescientos jóvenes vascos (entre 18 y 34 años) han salido en busca de oportunidades laborales a otros países.
La tasa de retorno de estos jóvenes está yendo a la baja (en torno a un 43% frente a un 56% en 2008). Una fuga de talento e ilusión que se traduce no sólo en un desequilibrio económico para el país que los ha formado, si no, también, en un déficit de savia nueva muy importante para renovar el tejido productivo.
Si a esto, le sumamos la baja natalidad imperante en Euskadi, el futuro puede ser muy preocupante. El Eustat, en sus previsiones demográficas a 2026, cifra en algo más de 100.000 personas la pérdida poblacional de Euskadi al final de ese horizonte temporal.
Obviamente, deseamos que se equivoquen. Que los jóvenes retornen a Euskadi con un mayor bagaje todavía, y que el dinamismo económico de Euskadi atraiga un dinamismo poblacional.
Para ese objetivo deseado la ecuación “empleo digno+acceso a la vivienda” sigue siendo la principal estrategia de país, para conseguir para los autóctonos no tengan que emprender fuera de Euskadi y paraca captara talento y trabajo foráneo que nos genere valor añadido.
Más información:
http://www.ine.es/jaxi/Tabla.htm?path=/t20/e245/p04/provi/l0/&file=0ccaa002.px&L=0