En junio de 2017 el OVV ya publicó un artículo sobre el nuevo Euribor que se cernía sobre las hipotecas activas y las nuevas (https://etxebizitza.blog.euskadi.eus/es/blog/el-nuevo-euribor-o-como-evitar-las-trampas-al-solitario/). Un nuevo índice que, si recelamos del cálculo del actual, tampoco nos ofrece muchas garantías. Dicen que será más real, menos estimatorio.
La nueva fórmula se basará en calcular las transacciones reales; después, las operaciones históricas, y, en última instancia, precios teóricos. Con la actual metodología solo se emplean estos últimos. Será el Euribor híbrido.
Aunque se dará un periodo transitorio, la fecha donde todas las operaciones hipotecarias se referenciarán a él será el 1 de enero de 2020.
Pero más allá de cualquier disquisición más o menos académica, lo que nos importa ahora es si este índice será más costoso para los ciudadanos.
Parece que se está buscando la fórmula ideal que contente a banca y a cliente, limitando o al menos controlando la manipulación del Euribor y sus consecuencias.
Sin embargo, parece que tal acuerdo de intenciones no es sencillo de materializar en la práctica, y que puede ser que el Gobierno deba legislar (regular) para que no sean los ciudadanos los más desfavorecidos con el cambio unilateral y obligatorio que plantean.
Los 19 bancos –entre ellos, BBVA, Santander, Cecabank y CaixaBank– que actualmente forman parte del panel que diariamente aporta datos para el cálculo del índice ya han dado sus opiniones. A falta de algún posible ajuste fino, la metodología híbrida ya está diseñada.
El Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI) que es quien está trabajando en los cálculos y ensaya con los resultados, dice que teniendo en cuenta los datos suministrados por 15 de los 19 bancos del panel Euribor, el nuevo híbrido a 12 meses será un 15% más barato que el actual y que la variabilidad es superior a la de los calculados conforme a la regla actual. Pero la volatilidad es menor cuanto inferior es el plazo.
En otros términos, el Euribor híbrido tendrá seguramente un mayor impacto en el bolsillo de los hipotecados, dado que notarán cómo sus cuotas mensuales pueden subir o bajar de forma más abrupta en cada revisión.
Habrá que esperar a otoño para ver cómo las decisiones de los diseñadores del índice impactan económicamente en el bolsillo de las familias.
En 2018 el sector bancario, solo por su negocio en España, tuvo unas ganancias de 12.380 millones de euros. Lo que supuso el record de los últimos nueve años (uno de los principales elementos que ha producido estos ingresos es precisamente el ladrillo: la caída sustancial de las provisiones para cubrir morosos y riesgos inmobiliarios gracias a la recuperación de la economía y las ventas relevantes de activos vinculados al ladrillo)
La banca vuelve a ir bien, rotundamente, y ello a pesar de la ingente cantidad de litigios judiciales en marcha y los nuevos y continuos frentes que se les abren por prácticas anteriores. Y la incertidumbre causa estrés hasta en las cuentas de resultados
Los ciudadanos y ciudadanas de a pie, volveremos a estar expectantes y deberemos esperar a finales de 2019 para comprobar si el nuevo euribor vuelve a disparar o no los litigios derivados, esta vez, del nuevo cambio más real del euribor.
Es obvio que también queremos que nos vaya bien, accediendo a una mayor parte del bienestar futuro que generemos en esta sociedad.
Más información
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/02/22/mercados/1550845542_669697.html
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/03/01/mercados/1551444533_153191.html