La OCDE ha alertado recientemente de que la sequía de crédito lastra la recuperación económica y a pesar de los progresos en el saneamiento y reestructuración del sector bancario, el crédito sigue cayendo a pesar de la debilidad de la demanda de crédito. Poco crédito (cae a tasas del 11%) y a tipos de interés que han subido sustancialmente.
Un peligroso circulo vicioso: no hay crecimiento porque no hay crédito; no hay crédito porque los bancos estan dañados; no hay saneamiento definitivo porque no hay crecimiento.
La troika que realiza ya su ultima visita de inspección del proceso de rescate bancario español, alerta también de la excesiva afición de la banca española por el carry trade: las entidades financieras se financian casi gratis (0,25% de tipo de redescuento hoy en día) en el BCE, y compran deuda pública con tipos de interés en torno al 4% a 10 años, y en teoría, sin riesgo, en vez de prestar ese dinero a empresas y familias.
También sus últimos informes, y en clave positiva, indican que la banca se está estabilizando, aunque aun presenta debilidades.
Para hacer frente, entre otras medidas, a las debilidades de capital de la banca , el Gobierno Central acaba de aprobar una nueva normativa de transposición parcial de la normativa europea de solvencia (Basilea III, que entra en vigor el próximo 1 de Enero), que va a permitir que los bancos sumen como capital de primera categoría sus aportaciones a fondos de pensiones de sus empleados; las provienes para insolvencias ( sobre todo las genéricas incluidas en los dos decretos del pasado año para sanear los activos inmobiliario) , y, finalmente, los activos adjudicados por perdida de su valor. En conjunto 31.000 millones de € a computar como capital por la banca española, en términos similares a otros países europeos.
Pareciendo próximo a concluir el proceso de rescate del sistema financiero español (solicitado por el gobierno Central en junio de 2012), empiezan a plantearse cuestiones sobre el coste efectivo que tal rescate tendrá para los contribuyentes.
De las iniciales aseveraciones del Gobierno anterior, y luego del actual, en la línea de que la reestructuración del sector la pagaría el propio sector y no los contribuyentes, hemos pasado a planteamientos más realistas, donde ya se adelanta que el Estado perderá el grueso del dinero inyectado en el rescate bancario.
No se puede precisar al día de hoy cuantos de los 41.400 millones aportados por Europa además de los 14.404 millones adelantados por el Estado, se perderán para siempre, porque todavía no se han hecho las cuentas definitivas ya que no se han cerrado las ventas de las entidades rescatadas más importantes: Bankia, Novagalicia Banco y Catalunya banco. También se desconoce como acabará el banco malo (Sareb), es decir, si necesitará o no más de los 2.160 millones que ha aportado el Estado y la propia viabilidad efectiva de sus planes de negocio.
De todas formas y según los propios cálculos prelimares del fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se puede concluir que el grueso de lo invertido no se recuperará.
El FROB daba por perdidos con carácter provisional 36.000 millones de € de los millones que inyectó al sector. La mayor parte de esa perdida es de dinero procedente del rescate europeo, aunque también hay parte, que viene de inyecciones de capital anteriores.
A falta de cerrar las últimas incertidumbres, parece que en todo caso, la factura para el contribuyente será muy importante
La Asociación Española de la banca (AEB) cifró ya en junio de este año en 33.000 millones de € las perdidas previsibles.
Más información:
http://www.congreso.es/public_oficiales/L10/SEN/BOCG/2013/BOCG_D_10_233_1761.PDF
http://cincodias.com/cincodias/2013/11/29/mercados/1385756756_121610.html
http://economia.elpais.com/economia/2013/12/02/agencias/1385966439_037491.html
Los comentarios están cerrados aquí.