Entre las muchas consecuencias que ha traído la crisis, una de las menos esperadas a priori, pero que está tomando un cariz importante, es la brecha cada vez más amplia que se está abriendo entre Comunidades Autónomas.
Se ha quebrado la tendencia convergente comenzada en los últimos años del Siglo XX y ahora la diferencia entre el País Vasco, cuya renta es la más alta, y Extremadura, en el lado opuesto, es insalvable a corto y medio plazo.
Así, si los vascos tienen un PIB per capita de 31.288 euros, un extremeño no llega a los 16.150 euros, es decir, casi la mitad. La horquilla es la más alta desde 2003.
Aunque también hay que señalar que, no necesariamente significa que disminuya la riqueza, y es que, puede ser posible que la renta crezca en un territorio a mayor ritmo que en otro, es decir, que la desigualdad aumente, pero no su nivel de pobreza.
Por otro lado, algunos analistas ven en el hecho de que sean las Comunidades de País Vasco y Navarra las más ricas en términos del PIB per capita, una relación directa no sólo con su sistema productivo menos influenciado por la crisis del ladrillo, sino también y muy importante, con su evolución demográfica.
En estas dos comunidades y en la última década, se han obtenido aumentos de población muy por debajo de la media estatal, un 4% respecto a incrementos de más del 16% del resto de España.
En relación con la posición en el equilibrio territorial y financiación autonómica particular, se abre otro debate no menos importante que trata de dilucidar aquellas Comunidades Autónomas que salen peor paradas en cuanto a la ecuación recaudación vs financiación recursos.
Y es que Cataluña, Madrid o Baleares se presentan como unas Comunidades Autónomas muy solidarias en cuanto a la aportación que realizan al fondo común, pero desproporcionadamente agraciadas en cuanto a la financiación que reciben para hacer frente a sus gastos e inversiones.
Sólo Cataluña dice tener un déficit fiscal de 16.500 millones de euros.
Y aunque el método de analizar carga-beneficio no es científico y por tanto, objetivo al 100%, sí trae a colación el deseo de la Generalitat de Catalunya de crear el embrión de su propia Hacienda.
Es evidente que el sistema de financiación autonómica que ha sido modificado en el 2009, no ha mejorado en mucho la equidad horizontal y no ha logrado corregir las disfuncionalidades del modelo del 2001.
En teoría, todas las Comunidades Autónomas deberían poder suministrar un nivel similar de los servicios básicos con el similar, también, esfuerzo fiscal.
Más información:
http://www.cincodias.com/articulo/economia/desigualdad-territorial-crece/20120913cdscdieco_1/
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/19/catalunya/1348046517_050171.html