NO OLVIDEN SOLICITAR, SI TIENEN DERECHO, EL BONO SOCIAL cuya puerta de entrada son las propias ELECTRICAS, las que reciben las solicitudes y responden a los solicitantes.
INFORMAMOS AL RESPECTO
Desde que se aprobó la reforma, algo más de medio millón de hogares en España se han apuntado al nuevo modelo, una cifra que está muy lejos de los millones de hogares que tienen derecho a acceder a estos descuentos. La situación era aún peor a 31 de marzo de 2018, a solo pocos días de que el anterior Gobierno se viera obligado a prorrogar la vigencia del anterior sistema otros seis meses porque habían recibido poquísimas solicitudes y porque la complejidad del proceso había generado dudas hasta a las propias eléctricas.
Millones de hogares con derecho al bono social se quedan fuera, por el momento: o no han querido solicitarlo, o no saben que existe, o se han quedado embarrados en un proceso engorroso y cuya puerta de entrada son las propias eléctricas, esto es, son ellas las que reciben las solicitudes y responden a los solicitantes, pese a que es el Gobierno quien realiza el cálculo.
Eso significa que el próximo 8 de octubre de 2018 si siguen teniendo derecho a estos descuentos y no han solicitado el nuevo bono, perderán las bonificaciones y su factura de la luz subirá de forma automática. Esa es la fecha en la que el anterior modelo dejará, definitivamente, de estar vigente.
El bono social de electricidad es un descuento en la factura eléctrica de un 25% para consumidores vulnerables y de hasta un 40% para consumidores vulnerables severos que cumplan con una serie de requisitos.
En los casos más extremos de personas en riesgo de exclusión social, que paguen al menos el 50% de la factura, no se tendrá que hacer frente a la factura eléctrica y, en caso de imposibilidad temporal para hacer frente al pago, no se interrumpirá el suministro eléctrico.
Por desgracia, la crisis económica ha motivado el éxito de este programa en el que casi dos millones y medio de hogares han sido beneficiarios.
El próximo 8 de octubre entrará en vigor un importante cambio en las exigencias para solicitar la ayuda.
Básicamente se pasa de un sistema en el que accedían viviendas que cumplieran determinados supuestos (tener potencia contratada menor a 3 kwh, mayores de 60 años con pensión mínima, familias con todos sus miembros en paro y familias numerosas) a un sistema más enfocado a los ingresos, con tres vías de acceso:
- para pensionistas de jubilación o incapacidad mínima sin otros ingresos;
- para familias numerosas, sea cual sea su capacidad económica; y
- por nivel de renta -ingresos que no superen los 11.279 euros anuales en el caso de hogares sin niños (1,5 veces el IPREM), 15.039 para las familias con un menor (2 veces el IPREM) o unos 18.799 euros anuales si hay dos menores en el hogar (2,5 veces).
Estos umbrales suben en el caso de discapacidad, víctimas de violencia de género o del terrorismo.
Desde que se abrió el plazo para apuntarse al descuento con los nuevos requisitos, sólo algo más de medio millón de hogares lo han hecho. Muy lejos de las mejores previsiones del Gobierno que manejaba que serían unos 2,5 millones de hogares.
El problema vendrá cuando llegado el 8 de octubre, las personas perceptoras que no hayan acreditado las nuevas condiciones, pierdan el bono social. Y es que, con las cifras actuales 1,9 millones de hogares que están acogidos al sistema antiguo, verían cómo su factura de la luz subiría de forma automática. Por lo tanto, procede moverse y solicitar ante su compañía eléctrica su derecho al nuevo bono social.
A nivel general, sólo unos datos sobre el particular:
- existen millón y medios de pensiones mínimas de jubilación e incapacidad que pueden recibirla directamente pero que actualmente sólo están acogidas al nuevo modelo 135.000 hogares.
- Sólo el 22,5% de las familias numerosas son beneficiarias del nuevo bono social.
- Y de 3,3 millones de hogares que por rentas podrían tener derecho a la reducción, sólo 256.000 están apuntados.
- Uno de los cambios más importantes de la reforma es que deja fuera de la categoría de pensionista a quienes cobran pensión de viudedad mínima, que sí estaban incluidas antes y pueden seguir disfrutando del bono hasta el 8 de octubre. Existen 734 de estas pensiones, que van de 474,20 a 739,5 euros.
Los que se pasen del viejo al nuevo sistema van descubrir un secreto: el descuento no se aplica a toda la factura. Tras la reforma, lo hace solo a una parte. Un sistema que tal y como está planteado, no cubre los consumos totales de los hogares.
Evidentemente la complejidad del proceso y la falta de conocimiento de la medida, pueden impedir que muchas personas que tienen derecho puedan finalmente acceder a esta ayuda, por lo que conociendo los bajísimos datos de actualización a la fecha, debería ponerse en marcha una intensa campaña de comunicación y sensibilización.
Desde el Observatorio Vasco de la Vivienda alertamos de esta situación.
Parece obvio que no sólo son necesarias medidas sociales, sino un acompañamiento al ciudadano que permita que sus trámites sean ágiles, rápidos y sobre todo, acordes a los objetivos que se persiguen, y si en este caso estamos hablando de una reducción en los costes de energía para personas vulnerables, con más razón.
Más información:
http://www.mincotur.gob.es/energia/bono-social/Paginas/bono-social.aspx
